viernes, 28 de agosto de 2009

À y M




Él comenzó a andar detrás de ella desde el primer curso de la carrera de Humanidades. Ella, cuando él estaba a punto de resignarse.

Una noche, con Paco Moreno de testigo, corrió el rumor de un lado a otro: ‘había pasado’.

Más tarde, él consiguió cumplir su sueño de marcharse a Londres a trabajar. Y ella, durante un tiempo, se aprendió todas las combinaciones de vuelos y de autobuses de bajo coste. Después se fue a vivir con él, en una pequeña habitación cerca de Marylebone.

Y en Venecia, el día de su cumpleaños, poniendo el listón tan alto que nunca nadie volverá a pedir matrimonio a una mujer, él le entregó un anillo de diamantes.

Bigmouth y Lady Starbucks se casan. ¡Muchas felicidades!

j.

P.D: Y a pesar de que a él ni siquiera le saludaba en la sala de informática y que de ella me reí cruelmente durante nuestra infancia, me han invitado. Las vueltas que da la vida...



miércoles, 26 de agosto de 2009

Enviado especial


Hace alguños años comenzaron a proliferar los diarios gratuitos por todas las grandes ciudades del mundo. Durante los últimos meses han quebrado algunos, pero otros siguen existiendo. Los reparten en las paradas de metro, en las plazas y calles, e incluso en los mismos kioscos.

Recuerdo que en su momento le di muchas vueltas al asunto, porque no comprendía qué sentido tiene regalar periódicos ni con qué se financian. Poco a poco lo entendí: si yo regalo por la calle un folleto de publicidad de Viajes Marsans, quizá alguna persona educada lo recoja y lo deposite en el contenedor de reciclaje de papel. Poco más. En cambio, si reúno noticias de las agencias de prensa y de algunos baratos y voluntariosos colaboradores, y las rodeo de anuncios, podré incluso defender que llevo a cabo un servicio público, ya que informo a la población y fomento la lectura (sic).

A esta conclusión tardé un tiempo en llegar, y antes me limitaba a descalificar estos diarios porque son sensacionalistas y morbosos (que lo son), y porque pienso que si algo lo puedes leer en dos paradas de metro es que no debe de ser muy bueno. (Nótese aquí el uso del ‘debe de ser’ como una suposición, variante que no detallé en el anterior post).

Pues bien, me desdigo de uno de mis argumentos y esgrimo otro en contra de estos diarios gratuitos. Que algo que puedes leer en dos paradas de metro no debe de ser muy bueno es más falso que una moneda de 3 euros: llevo unos cuantos días siguiendo las magníficas crónicas de Ramón Lobo, enviado especial a Afganistán de ‘El País’, tituladas ‘Cuadernos de Kabul’ (http://www.elpais.com/articulo/internacional/Cuadernos/Kabul/elpepuint/20090812elpepuint_7/Tes), y son tan entretenidas e ilustrativas como breves. (Post aparte merecen los artículos de Enric González, quizá los que ocupan menos espacio de todos los periódicos que se publican en España. Pero también los mejores)

Y al mismo tiempo, me sirve para defender que unas crónicas de este tipo no tienen cabida en un diario gratuito, que por su propio modo de funcionar no puede permitirse enviar a un periodista (si es que tiene alguno contratado, claro) a cubrir un acontecimiento especial. O ni siquiera eso. Tampoco disponen de corresponsales. Precisamente en una conferencia de Enric González en FNAC, le preguntaron sobre el oficio de corresponsal y él respondió que es una lástima que esté desapareciendo de muchos periódicos y que seguramente está relacionado con el descenso de calidad y de ventas, porque son precisamente estos corresponsales los que generan ese vínculo entre el periódico y el lector, que lo lee cada mañana en busca de esa visión personal o de esa noticia que no entra en los telediarios. Vaya, de lo que no recogen las agencias.

j.



miércoles, 19 de agosto de 2009

Chiste


Y para rebajar el tono académico que le ha quedado al post, aquí va un chiste, sacado, cómo no, de 'The west wing'.

"Dos políticos están discutiendo acaloradamente, y uno le dice al otro:
- ¡Estás mintiendo!
Y el otro responde:
- Ya lo sé, pero déjame acabar."

j.

Copiemos 100 veces: No debo cometer faltas de ortografía



Inauguro una nueva sección (la primera, de hecho): atentados lingüísticos. Y lo hago porque creo que no cuesta nada hablar correctamente, porque es mi blog y yo decido lo que escribo, y porque, quién sabe, quizá consiga que entre todos cometamos menos faltas de ortografía.
Intentaré no ir a lo obvio: quien diga 'haiga' en lugar de 'haya' tendrá que apañárselas solito. Y aceptaré cualquier sugerencia o corrección.

Ah, el nombre de la sección es un homenaje a un profesor de lengua que tuve en en colegio. Cuando corregía los exámenes, anotaba comentarios en rojo, y si alguien cometía muchas faltas (o alguna de las realmente escandalosas), le llamaba 'terrorista lingüístico'. Desde aquí un abrazo, hermano Girón, y dé gracias, porque nunca nos atrevimos a pincharle las ruedas del coche.

El atentado de hoy es "Deber + infinitivo y deber de + infinitivo".

- Deber + infinitivo. Denota obligación. Por ejemplo: 'Debe llegar antes de las 20h. Si no, perderemos el avión'.
- Deber de + infinitivo. Denota probabilidad o suposición. Por ejemplo: 'Nadie responde al teléfono. Deben de haberse ido'.

Durante las últimas semanas he oído y leído muchas veces estas perífrasis usadas incorrectamente (yo el primero), pero me asusté cuando escuché a más de un alto cargo político, en el momento de condenar alguno de los atentados de ETA (es pura coincidencia), decir: "Debemos de condenar bla bla bla...".

De hecho, la Real Academia Española acepta el uso de la perífrasis 'deber + infinitivo' para expresar probabilidad, pero no la de 'deber de + infinitivo' para indicar obligación. Un lío, lo sé.

j.

martes, 11 de agosto de 2009

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Recién llegado del pueblo, con el coche cargado hasta los topes. ¿Cuál puede ser la peor pesadilla? Pues sí, sucede: el ascensor está estropeado. En alguno de los 4 pisos me he dejado las fuerzas que traía para actualizar el blog. Pero que conste que las traía. Y las recuperaré.

j.

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