jueves, 17 de diciembre de 2009

Paros

Después de un Susie de casi dos semanas, no puedo evitar escribir sobre una noticia publicada en ‘La Vanguardia’ el martes pasado. (No sé cuánto durará el link, porque creo recordar que LV gestiona de manera extraña las noticias de la web.)
En portada, con foto, vemos a la hija de Fèlix Millet, Clara Millet Vallès-Guarro (ojo al nombre, porque tiene miga, sobre todo al ver la cara de la tipa), saliendo de la oficina del SOC después de tramitar el paro. Vaya, lo que hacen cada día miles de personas. Evidentemente la noticia está en quién es, pero es más anecdótica que otra cosa. Iluso de mí, al ver la portada, pensé que era el reclamo de una entrevista, de un reportaje, de una declaración interesante... ¡Nada de eso! Fui a la página 52, sección Economía, y descubro el siguiente texto:

“Una de las hijas de Fèlix Millet, Clara Millet Vallès-Guarro, acudió ayer a la oficina de Treball de la Generalitat de la calle Mallorca por tercera vez para pedir el subsidio por desempleo, tras perder su trabajo por el caso Palau.
Como un ciudadano más, recogió el ticket, se puso a leer un libro y fue luego a la mesa a tramitar sus papeles para recibir entre 700 y 1.200 euros por un máximo de 12 meses. Al ser sorprendida por la prensa arremetió con insultos, asegurando: "(Por el caso Palau) mi marido y yo hemos perdido el trabajo, tenemos tres hijos y no tenemos ninguna culpa de lo que ha hecho mi padre". Entre sollozos, se puso el casco y se marchó con su scooter negra bajo la lluvia.”

Al texto le acompaña la misma foto que en la portada. Noticia: cero. Y lo que es peor, ocupa más espacio en la portada que dentro del diario. Como diría el
pescador, “lamentable”.
Podía esperar algo así de ‘El Periódico’, incluso de Informativos Telecinco, pero aún tenía un poco de respeto por ‘La Vanguardia’.
j.

viernes, 4 de diciembre de 2009

Balones

Hoy se sortean los grupos para el Mundial de Suráfrica de este verano. Es, si no me equivoco, el primer Mundial de fútbol que se celebra en África, y todos los pasos que se dan están llenos de simbolismo. Lo mejor es que el fútbol nos va a permitir acercarnos a Suráfrica, un país con una historia vertiginosa, que aunque parezca increíble entró en la modernidad hace apenas 20 años.
En 1990 Nelson Mandela era liberado de la cárcel en la que llevaba encerrado 27 años, la prisión de Robben Island, y continuaba con la ‘misión’, iniciada algunos años antes, de reconciliar a un país enfrentado por el apartheid. Ahora nos parece la prehistoria, pero no hace tanto que los negros de Suráfrica estaban totalmente segregados, no gozaban de representación parlamentaria y eran considerados inferiores (si, existió lo de ‘
White persons only’). El país estaba gobernado por una minoría de población blanca, hija de los ingleses y holandeses que habían colonizado el país en el siglo anterior. Y no sólo lo gobernaban, también lo dominaban culturalmente.
Uno de los ejemplos más claros de este ‘dominio’ es el del deporte. Los ingleses y holandeses son apasionados del rugby, y los blancos de Suráfrica heredaron estos gustos extraños. (También les gusta el cricket.) Por contra, lo negros eran más aficionados al fútbol. Pero claro, no era posible que cada uno jugara a lo que le apeteciera, sin más. Si hubiera sido así, el apartheid no se hubiera hecho tan famoso. Dos historias apasionantes sobre este tema.

La primera es la que explica John Carlin en su libro ‘
El factor humano’. Después de ser liberado, Mandela ganó las elecciones de 1994 y se convirtió en el primer presidente negro de Suráfrica. Todo un hito. Pero el odio acumulado entre blancos y negros era demasiado grande, y el riesgo de guerra civil, latente. Mandela, que ya antes había aprovechado el poder del deporte para promover cambios en la población, fomentando un boicot al rugby surafricano de las federaciones internacionales, quiso demostrar a los blancos que sus temores de venganza eran totalmente infundados y, al mismo tiempo, convencer a los negros de que ése no era el camino.
Al año siguiente se celebraba por primera vez el Mundial de rugby en Suráfrica, y consiguió que los negros, que hasta entonces siempre habían apoyado a los All Blacks de Nueva Zelanda (la gran potencia mundial del rugby, rivales acérrimos de los surafricanos), apoyaran a su selección, integrada casi totalmente por jugadores blancos y con un himno heredado de la época de las colonias. Mandela había roto todas las barreras, pero le faltaba una última victoria. Y la tuvo. En la final del Mundial, Suráfrica venció en el útimo minuto a Nueva Zelanda, y negros y blancos celebraron conjuntamente una victoria que unió un país.

La segunda, y a la vez reverso de la primera, es la que explica hoy Lali Cambra en ‘El País’.

“Luchar por jugar al fútbol en la cárcel más famosa del apartheid (segregación racial) surafricano, la prisión de Robben Island, desde donde se divisa Ciudad del Cabo, fue para los presos políticos de los años sesenta no sólo una manera de sobreponerse al tedio y a la depresión, sino también de imponerse a la prohibición de los guardias, retar al sistema y derrotarlo: jugarían al fútbol y lo harían a su manera, de acuerdo con estrictas reglas.
Cuando la presión internacional obligó al régimen racista a ponerse una máscara de humanidad, los presos vieron recompensada su tenacidad y, organizados en clubes de más de 50 miembros, formaron la ya legendaria Asociación de Fútbol Makana, que duraría tres décadas más en el Alcatraz surafricano y se convertiría en el eje gravitatorio de la vida de los 1400 prisioneros.”

Es breve e interesante.
Leedla.

Lo dicho, esperemos que el Mundial de Suráfrica, aparte de los artículos exaltados y las noticias intrascendentes, nos acerque a la historia de este país. También para eso ha de servir el fútbol.

j.

martes, 1 de diciembre de 2009

Todo por la audiencia

El pasado sábado publicaban en el suplemento de televisión de ‘La Vanguardia’ una entrevista a Sara Carbonero, la chica feucha que antes ahuyentaba a la audiencia en La Sexta y ahora lo hace en Telecinco. (¿Por qué creéis, si no, que se le ha quedado esa cara de susto a Pedro ‘Chucky’ Piqueras, eh?) Después de 15 minutos embobado con la foto, me decidí a leer la entrevista. Dos respuestas interesantes.

La primera, cuando le preguntan si le parece bien que todas las televisiones escojan chicas guapas para sus programas. Dice que lo entiende, que es normal que las prefieran. Que lo sean, dice, no significa que sean malas profesionales.
Por lo primero, ¡¡olé sus ovarios!! Pero lo segundo es un topicazo. No, claro que no es sinómino, pero si no estuvieran buenas no les darían la oportunidad. Y si ser guapa se convierte en un requisito, estamos pervirtiendo los criterios y las prioridades. ¿Habrá que estudiar la carrera de Periodismo y luego hacer un máster en maquillaje y dieta mediterránea?

Y la segunda, cuando le preguntan sobre los criterios de las televisiones, para priorizar en los telediarios el material del cual tienen derechos. Vaya, lo que hacía Telecinco con la Fórmula 1, y ahora hace La Sexta. Y lo que hace ahora Telecinco con la Europa League. Sin ningún problema, reconoce que es así. Y además, lo justifica. Dice que es la única manera de conseguir que la audiencia se interese por ello. Sí, funciona, es cierto; pero ¿es lícito hacerlo en los telediarios? Yo aceptaría que le den las mejores horas de la programación, que preparen programas especiales, pero el telediario no es el lugar para hacerlo. Y menos si se hace en detrimento de otras noticias. Explica que, cuando presentaba los Deportes de la Sexta, preguntó por qué no daban un golazo que alguien había marcado en la Champions, y le respondieron: “No lo daremos, porque los derechos los tiene Antena 3”.

Así las cosas, el telediario de Televisión Española vuelve a ser el mejor valorado. Y nadie se extraña.

j.
P.S: Consejos vendo y para mí no tengo. Como las visitas a este blog caen en picado, he decidido tirar por el populismo. Fotos de tías buenas. A ver si esto se anima.

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