viernes, 27 de noviembre de 2009

Julia Roberts

Lo siento, pero el título es un señuelo. Un truco. Este post no va de cine, ni de actrices cotizadas, ni de mujeres pelirrojas, ni de cotilleos. Es otro (puto) post sobre el Estatut y la sentencia del Tribunal Constitucional. Y ni siquiera es idea mía, sino de Francesc Vallés, diputado del PSC. Hoy publica un artículo en ‘El País’ sobre la (esperada, polémica, eterna, discutida, discutible) sentencia del TC, titulado “El TC, el Estatut y la teoría de Julia Roberts”. Yo, como otros muchos, he caído en la trampa y lo he leído, a pesar de que la mayoría, digan lo que digan los editoriales de los diarios catalanes, estamos hartos del tema.
Aparte de lo que pueda decir un diputado del PSC sobre el tema, que es del todo previsible, me sorprenden dos fragmentos.

El primero:

“Pero el juicio de constitucionalidad que tiene que realizar [el TC], no consiste en buscar argumentos para declarar inconstitucionales preceptos del Estatut. Nuestra Constitución no le atribuye la potestad para actuar como un legislador negativo con capacidad para expulsar discrecionalmente, normas de nuestro ordenamiento jurídico. De así ser [sic], el TC tendría poderes para corregir, a su antojo, la voluntad del Parlamento. Y el TC no puede sustituir al poder legislativo. Todo lo contrario.
En su examen de constitucionalidad, el TC está sujeto al llamado principio de conservación de la norma y su misión consiste principalmente en hallar alguna interpretación de la ley recurrida que sea conforme a la Constitución. Debe buscar una interpretación que tenga como finalidad última, preservar la ley aprobada por el Parlamento. Encontrar criterios que permitan mantener la norma en el ordenamiento jurídico, puesto que es el poder legislativo quien la ha aprobado en expresión de la soberanía popular. Y ello es así porqué [sic], obviamente, ningún Parlamento hace leyes, a sabiendas de que son inconstitucionales. De ahí que, en la medida que el TC sea capaz de encontrar aunque sólo sea una interpretación constitucional de la ley que examina, debe conservar el texto de la norma. En definitiva, el TC debe trabajar para hallar una interpretación de la ley que tenga cabida en el marco de la Constitución, y no para buscar elementos de inconstitucionalidad.”

Que yo sepa, el TC no expulsa normas a su antojo, sino que evalúa si se ajustan a la Constitución. Nos puede parecer que sustituye al poder legislativo o que ejerce de cuarta cámara, pero lo que se le pide es eso. No todo es interpretable, creo. Y me encanta lo de “ningún Parlamento hace leyes, a sabiendas de que son inconstitucionales”. Gran frase, pero entonces: ¿para qué contemplamos un recurso de inconstitucionalidad? Si no se equivocan, por qué pensamos en corregirles. Va, hombre, va...

Y el segundo:

“El TC tiene que ser consciente de lo que tiene entre manos, y de lo que significa política y constitucionalmente el Estatut. En su examen de constitucionalidad, el TC debe ser muy consciente que el Estatut no es una norma cualquiera.”

El Estatut es una norma. Y punto. Y el TC sólo tiene que ser consciente de lo que significa constitucionalmente el Estatut. Políticamente no tendría que pensar en nada. Pero claro, como hemos creado un mini Congreso en la sala de reuniones del TC, y cada uno pertenece al clan, digo, al partido que corresponde (de ahí lo de pensar que ejerce de cuarta cámara), pues tenemos lo que tenemos. Seguramente cuando se reúnen los 10 hérores del TC se acuerdan de las madres de los diputados, que les han pasado la patata caliente de decidir sobre algo así.

j.

P.S: Un comentario a la noticia, leído en la web: “Vamos a ver, si los catalanes no quieren ser españoles, que los dejen irse...Pero de todas, todas. El que haya estudiado historia recordara como hartos de los indignos españoles, los buenos, altos y guapos catalanes se unieron a la corona de Francia y por eso ahora no pertenecen a España...uhmm, no me parece que la historia no iba asi. Ahh, si...si como los franceses los cosieron a impuestos y no les dieron infraestructuras quisieron volver a ser españoles. Lo dicho que se vayan y que no vuelvan, asi ganamos todos”. Un demócrata, vamos.

jueves, 26 de noviembre de 2009

¡Ay, qué cruz! (y 2)

Como todo procedimiento administrativo, finaliza con una resolución. Hoy se publica en el DOGC la revocación de la Creu de Sant Jordi para Fèlix Millet. Con una curiosa puntualización: (la Creu) 'haurà de ser retornada'. ¿Irá en persona a entregarla? Total, aprovechando que está en libertad... No creo que esté muy ocupado. También podrían quedar con él y con Montull para que la entreguen de camino a la pista de tenis. Y una vez la Generalitat la recupere (que parece ser que es algo que ponemos en el Decreto, pero no nos preocupa mucho), ¿qué hará con ella? ¿Quizá ponerla en una vitrina en el Palau? Si fuéramos un país con sentido del humor, la podríamos alquilar a quien la quisera tener durante unos días. En tiempos de crisis, no hay que despreciar nuevas fuentes de ingresos.
j.

jueves, 19 de noviembre de 2009

Esto es el Bronx

Miércoles por la noche. Carrer de Jordi Girona. Antiguo frankfurt de la zona, ahora reconvertido en kebab. (Los pakis se quedan con los bares que no quieren los chinos, parece.) La conversación es como sigue:

- Me suelta el tío: “A que te meto un tiro” – dice uno de los cuatro chicos, no más de 25 años, sentados en la mesa de al lado, repleta de botellas de cerveza vacías. mientras lía un ¿cigarro?.
- ¡No jodas! – responde otro. Lleva gorra en un bar. Una señal.
- Sí, neng, y va y se saca una pipa de detrás. ¡¡Pero si yo solo le había dicho que tuviera cuidado con dónde metía al puto perro!! El muy gilipollas... – ya ha terminado de liar, y lo enciende. Definitvamente no era un cigarro. Yo, llegados a este punto, bajo disimuladamente el volumen de la radio y escucho. La conversación parece más interesante que el Estatuto Básico del Empleado Público.
- ¿Y cómo era la pipa? – pregunta otro, con los ojos como platos.
- No sé, neng, si me hubiera apuntado, la hubiera visto. – con tono de pena, como diciendo: ‘Ojalá me hubiera apuntado, pero no lo hizo’.
- Sería de fogueo... – mientras lo dice, el listo del grupo suelta una nube de humo de la que aún no me he recuperado. Que sí, que ya sé que no era un cigarro...
- ¡Que no, que no, imbécil! Una de fogueo la hubiera reconocido. Era parecida a la del Kevin. – desde mi esquina, rezo para que ‘el Kevin’ esté en su casa viendo el fútbol y no tenga pensado reunirse con ellos...
- Joder, neng, y ¿qué hiciste?
- Nada, neng, le dije que ‘tranquilito’, que yo sólo le había dicho que tuviera cuidado con el perro de los cojones.
- Vaaaaa, yo le hubiera metido en todo el jeto... – teníamos al listo, y aquí está el valiente.
- Sí, claro, neng, con la pipa en la mano. No seas notas... ¿Y si dispara, qué? – en este momento marca España el tercer gol en su partido contra Austria.

Error. He desaprovechado el momento de escapar del bar sin ser visto. Ahora tendré que quedarme esperando. No puedo huir, porque al llegar al bar me he dado cuenta de que no llevo dinero encima. Alguien tiene que rescatarme y pagar el café.
Por suerte, durante el descanso del partido, llega una pareja a su mesa. La presencia de una chica me hace sentir más tranquilo. Desconozco el motivo. Pese a sus pintas, son unos caballeros. Una vez la chica se sienta a la mesa, ya no vuelven a hablar de armas. Todo vuelve al fútbol y a los ‘cigarros’.
¡Visc(a) Barcelona!
j.

miércoles, 18 de noviembre de 2009

Sindelar

España vuelve a jugar hoy en el estadio Ernst Happel de Viena, donde ganó la Eurocopa 2008 e impuso un estilo futbolístico (muy Barça, por cierto), que encandiló a todo el mundo. Toque, pase, rondo, posesión, defensa con la pelota, combinación. El ‘tiqui-taca’, vaya. Las metáforas que se pueden utilizar son muchas, pero la de la orquesta es una de las que más ha triunfado. Seguramente por aquello de ganar la Eurocopa en Viena, ciudad de gran tradición artística. Y también se la ha relacionado con el ‘Wunderteam’, la selección autríaca de los años 30 que desplegaba un juego similar, liderada por Mathias Sindelar. No es la primera vez que leo alguna mención a este hombre, así que he investigado un poco. Una historia interesante la de este Sindelar, apodado el ‘Mozart del fútbol’.
Nació en 1903, en una familia judía de clase baja, y muy pronto despuntó, primero en el Hertha, y luego en el Austria de Viena. Eso le hizo debutar en la selección austríaca, y con ella llegó a jugar la semifinal del Mundial de Italia, en 1934. Por la época y el país es fácil imaginar que la política lo infectaba todo. Italia debía ganar aquel Mundial, que se celebraba en el Stadio Mussolini. Austria cayó eliminada. El destino de Sindelar comenzaba a torcerse.
Entre uno y otro Mundial, Austria fue anexionada por la Alemania nazi. Si en 1934 la política lo infectaba todo en Italia, ¿qué decir de Alemania en 1938? Todos los jugadores que brillaban en la selección austríaca fueron convocados por Alemania para ese Mundial, y antes de empezar los partidos, los jugadores debían levantar el brazo para realizar el saludo nazi. Algo difícil de digerir para un judío como Sindelar, que se negó a integrarse en la selección alemana. No sólo eso. En un partido amistoso entre Alemania y Austria (o lo que quedaba de ella, tras el expolio de jugadores), organizado para demostrar la aplastante superioridad de los primeros, Sindelar se marcó un partidazo increíble. Cuentan las crónicas que el dominio de Austria fue insultante, y que en la segunda parte, Sindelar, además de una exhibición de regates, sombreros y caños, marcó un gol de vaselina que dio la victoria a su equipo. Pero no sabía a quién había cabreado...
Después de aquello, el partido nazi acosó salvajemente a Sindelar (bueno, y al resto de judíos, que tampoco se trataba de algo personal) hasta que la situación se convirtió en insostenible. Sindelar y su pareja, la cantante italiana Camilla Castagnola, fueron encontrados muertos en su apartamento el 29 de enero de 1939, 9 meses después de aquel ‘amistoso’. ¿Suicidio o asesinato? Nunca se aclaró.

Esperemos que hoy España homenajee a Sindelar con un gran partido.

j.

martes, 17 de noviembre de 2009

Another brick in the wall


Durante los últimos días nos han avasallado con noticias, opiniones y reportajes sobre la caída del muro de Berlín y lo mucho que significó. Evidentemente fue un gran cambio, sobre todo por lo simbólico (Berlín se convirtió en la joya de la corona a la que ninguna potencia quiso renunciar tras la II Guerra Mundial) y lo estrafalario (una gran ciudad europea dividida por un muro). Sin embargo, la mañana del 10 de noviembre de 1989 aún quedaban muchos países sometidos al regimen comunista. Y aunque ahora parezca obvio que el muro sería la primera de una serie de piezas de dominó que irían cayendo sucesivamente, en aquellos momentos no lo era tanto. (Si no, que le pregunten a Ceucescu si se imaginaba que antes de final de año estaría colgado del cuello por aclamación popular.)
Hace 20 años, un equipo de ’30 minuts’ se desplazó a Praga para comprobar cómo se vivía el derrumbe de la Unión Soviética en Checoslovaquia, y tuvieron la suerte de ser testigos de la semana de movilizaciones que cambiaría el país radicalmente. Ahora han vuelto para revisar lo que pasó, qué fue de los protagonistas de aquel reportaje y qué fue del país que se levantó contra el dominio comunista y nombró presidente a Václav Havel, poeta defensor de los derechos humanos y encarcelado años antes. (Un tipo simpático este Havel, que se pasa gran parte del documental bebiendo en público, y reconoce que no era consciente de que esas imágenes pasarían a la posteridad. Ahora, dice, puede volver a hacerlo, porque ya no ostenta cargos públicos.)
Pero volvamos a Praga. Justo hoy, 17 de noviembre, se cumplen 20 años de la brutal represión policial contra una manifestación de estudiantes de teatro y artes escénicas en Praga. Protestaban contra el regimen comunista, y en recuerdo de la Primavera de Praga, aquel espejismo de libertad del año 1968. En aquel momento, el secretario del Partido Comunista Checoslovaco, Alexander Dubcek, abogó por un ‘socialismo de rostro humano’, aligerando las estructuras internas e impulsando medidas democratizadoras. La cosa funcionó, hasta que a los rusos se les calentaron las narices y decidieron invadir el país con sus tanques. El experimento duró 7 meses, y Checoslovaquia volvía al ‘camino correcto’. Pasaron años hasta que Havel, que ya se había movilizado en 1968, lideró la publicación de un manifiesto contra el gobierno llamado ‘Carta 77’. Más tarde consiguieron el apoyo de los estudiantes, y las manifestaciones reclamando cambios al gobierno (la primera, la del día 17) desembocaron en una huelga general. El PCC advirtió que tenía todas las de perder, y desapareció. Havel fue elegido presidente de la República y Dubcek, presidente del Parlamento.
Lo más curioso que explican en el documental es cómo se las tuvieron que ingeniar para formar su equipo de gobierno. En un país que desde 1948 no había tenido un gobierno democráticamente elegido (desde 1948, y no 1945, porque las primera selecciones después de la II Guerra Mundial las ganó el PCC, que consiguió arrogarse el mérito de haber expulsado a los nazis), era complicado conseguir gente suficientemente preparada. Así, los primeros gobiernos los formaron gente cercana a Havel: dramaturgos, guionistas y otras gentes de la farándula. No les fue del todo mal, parece.

Quiso la casualidad que justo ayer, a punto de cumplirse 20 años de la manifestación, viera el documental que ha preparado el equipo de ’30 minuts’ que viajó hace 20 años. Y sospeché que hoy pasaría desapercibida la efeméride. Sirva esto como homenaje.

j.

jueves, 12 de noviembre de 2009

Lolololololololololo...





En contra de lo que pueda decir Bigmouth, el mundo no mejora a gran velocidad. Seguimos cometiendo los mismo estúpidos errores una y otra vez.

Hace unos meses se puso en marcha un concurso para poner letra al himno español, y hasta se llegó a escoger uno. Se compuso un jurado especial con miembros del Comité Olímpico Español para ello. Pero fue tal el aluvión de críticas (porque quizá el mundo sí que mejora y tenemos un poco de decencia, no sé), que finalmente se descartó. Otro debate absurdo que nos entretuvo un tiempo y luego se fue al cajón. Aún recuerdo la lástima que me dio el pobre hombre que compuso la letra ganadora.

Pues bien, me acabo de enterar que se estaba preparando un himno para la selección española, con motivo del Centenario, y ya lo tenemos listo. El himno reúne todos los tópicos cutres que uno teme que se mencionen: rojo, pasión, coraje, furia... Y algunas gilipolleces dignas de un himno, como ‘afición centenaria que muere por sus colores’ o ‘roja pasión española, la dueña de nuestras almas’. Todo elllo aderezado con música de toque andaluz. No hacen falta adjetivos, verdad?

Hace unos años, este mismo grupo, Siempre así, compuso un himno para el centenario del Sevilla. La cosa funcionó, porque yo aún recuerdo cuando escuché que mi tío, aficionado del Madrid y del Osasuna, lo llevaba en su móvil. Ahora, la Federación Española de Fútbol, más atenta siempre a formas de ganar dinero que a relajar el calendario de los futbolistas, intenta aprovechar el tirón.

¿Cuál es vuestro pronóstico? El mío es que no funcionará. (Es también un deseo.) Lo de los himnos es algo que ya nadie se cree. Si te lo han encasquetado desde tiempos antiguos, lo asumes; pero que ahora te vengan con monsergas de este tipo es algo que la mayoría de la gente rechaza. Quizá Bigmouth no anda tan errado... Dos pasitos adelante, un pasito atrás.

j.

martes, 10 de noviembre de 2009

"Hello, I'm Johnny Cash"


Hay personas de los que has oído hablar toda la vida, pero nunca has escuchado. Sabes que existen, pero crees que no tienen nada por lo que debas interesarte. Nunca les has prestado mucha atención. Y, de repente, un día les descubres. Johnny Cash es uno de ellos. Todo empezó cuando Morales me dijo que estaba enganchada a una de sus canciones, ‘Hurt’, y la empecé a escuchar. Sobrecogedora. Y el vídeo, preciso. Además grabó un disco con Tom Petty and The Heartbreakers. El tipo comenzaba definitivamente a interesarme.
Hasta entonces, pensaba que era un cantante de country más, con una gran fama a sus espaldas y con una vida maldita que acabó en alguna sobredosis. (O que no acabó, no sabía ni si estaba muerto.) No podía decir el título de ninguna de sus canciones, ni siquiera podría situar su época musical más gloriosa. Johnny Cash, otro de esos cantantes a los que debes conocer, según los críticos. Si no, ni siquiera vale la pena que hables de música. Yo aún no he superado esa barrera, pero hace unos días vi el documental ‘Johnny Cash at Folsom prison’, y creo que empiezo a rellenar ese vacío.

J.R.Cash, que así es como le bautizaron, estuvo destinado en la base aérea de Landsberg (Alemania), donde se dedicaba a descifrar mensajes de radio enviados en código morse por los rusos. Fue condecorado por interceptar por primera vez uno enviado por un bombardero ruso. Pero lo que podía ser el inicio de una gran carrera militar se vio truncada por su afición a la música. Se instaló en Memphis, donde formó un grupo y consiguió una audición. Era el año 1955, y Cash & The Tennesse Two iniciaban una gran carrera.
Muchas de sus canciones tratan sobre asesinatos, prisiones, culpa y redención. Eso favoreció que se propagara la leyenda urbana de que había estado en prisión, y por ello los presos sentían predilección por él. Y él por ellos. Celebró muchas actuaciones en distintas cárceles de Estados Unidos, y finalmente en 1968 grabó un disco en una de ellas, la prisión de Folsom, una de las más míticas del país y que además inspiró una de sus canciones más famosas: ‘Folsom prison blues’.
Durante el concierto, Cash interpretó una canción escrita por uno de los prisioneros, Glen Sherley, que el capellán de la prisión le había entregado por sorpresa la noche anterior. Explicaba en el documental uno de los miembros de la banda que nunca había visto a nadie saltar tan y tan alto como a Sherley, cuando Cash anunció que tocaría ‘Greystone chapel’.
En aquella época ya la vida de Cash había pasado por muchos altos y bajos. Adicto a las anfetaminas, llegó a pedir a la cantante June Carter que se casara con él... durante un concierto!! Sí, mientras estaba casado con otra mujer... Finalmente, se casaron en 1968 y ella también actuó en el concierto de Folsom.
Su carrera decayó casi totalmente, hasta que se cruzó en su camino Rick Rubin (te alabamos, óyenos), y la relanzó. Pero en 1997 le fue diagnosticada una extraña enfermedad, el síndrome de Shy-Drager, que acabó con su vida en 2003.

j.
P.S: ‘Hello, I’m Johnny Cash’. Así empezaba todos los conciertos. Y después de decirlo, nunca antes, el público podía aplaudir.

miércoles, 4 de noviembre de 2009

Receta

- 90% de espectadores con barba, 50% con gafas de pasta, 75% con americanas de pana y 20% que fuma tabaco de liar.
- Frases banales sobre la creación artística: ‘escrius sobre el que vius, no?’, ‘ho vomites’, ‘perquè et surt de dins’, ‘tot surt a impulsos’, ‘és una necessitat, per salut mental i tal’... Y alguna con miga: ‘Jo no faig cançons fàcils’, dice Quico Pi de la Serra.
- 10 minutos de planos con música de fondo: vistas de Barcelona, frases escritas en la pared con graffitis, extraños aparatos musicales...
- 2 minutos de conversación sobre el uso del catalán en la música rock de los 90 y cómo ese uso político deslegitimó el catalán para expresarse. (Y un maravilloso gabinete de comunicación que consigue colar una noticia en ‘El País’ para hacer creer que ése es el tema del documental)
- 1 minuto de reflexión sobre los aplausos recibidos en los 70, sólo porque se cantaba contra Franco, y que hicieron creer a muchos que gustaba lo que hacían. No evolucionaron.

Junte usted todos estos ingredientes, agite lo suficiente las frases para que parezca que significan algo y ya puede disfutar de un documental moderno. Sírvase: ‘
The new catalan song’.

j.

martes, 3 de noviembre de 2009

Ecos de Pretoria



Anoche entrevistaron a José Zaragoza, secretario de Organización del PSC, en ‘Àgora’, y dijo lo siguiente: "Lo importante es que la gente aprecie que se actúa con contundencia y celeridad, que no se permiten según qué tipo de actuaciones". Y luego siguió con la típica retahíla de ‘y tú más’, que últimamente nos son tan familiares. Apestoso. Apestoso, porque en estos casos lo importante no es lo que la gente piense, sino lo que los partidos hagan. Pero se le escapó el alma de publicista, que es casi en lo que se han convertido los partidos políticos, y confundió las prioridades. Cuando un partido actúa correctamente pero no consigue hacer llegar su mensaje, sí que tiene un problema de comunicación, pero cuando tiene a varios de sus militantes y cargos públicos imputados en un caso de corrupción, está claro que el problema no es de comunicación.

Ayer se reunió la dirección de Convergència para tomar algunas medidas. Lo primero, en relación al caso Pretoria, suspender de militancia temporalmente a Prenafeta y Alavedra. Salpicado, eso sí, del ‘los míos no son cargos públicos y los tuyos sí’, que supongo que consuela a Mas, pero al resto nos da absolutamente igual.
Y luego, como a mí me daban dos, el caso Millet. Se ha hablado mucho de la vinculación con la Fundación Trias Fargas, de los convenios firmados, de las subvenciones que una entidad subvencionada otorgaba a una fundación vinculada a un partido político (increíble, pero cierto). Y se esperaba impacientemente la reacción de Mas. ¿Devolverán el dinero? ¿Qué dicen los convenios? Pues la única medida es: cambiar de nombre la Fundación... "para proteger su honorabilidad"!! Otra apestosa medida de marketing. ¿Y si hacemos las cosas bien, de manera transparente, para proteger la honorabilidad? Sí, también ha dicho que devolverán el dinero siempre que la Trias Fargas (aún es su nombre oficial), no aparezca como la culpable de la situación. Pero eso es como no decir nada, porque que aparezca como culpable depende de cómo lo sientan ellos. Y tienen la piel tan fina...

El fin de semana pasado, Alicia Sánchez-Camacho (no los labios, la mujer que va detrás) hizo unas declaraciones que aún no acabo de entender: "Queremos que en casos de estafa, cohecho, malversación de fondos o blanqueo de dinero, el hecho de que quien los cometa sea un servidor público y cometa el delito con el dinero de todos sea un agravante en el Código Penal". ¿A quién quieren engañar apareciendo como los más intransigentes y severos? ¿Acaso han abierto un expediente a Víctor Ros, ex-alcalde de Llaveneres y del PP, por lo que pudiera saber del caso Pretoria? Una apestosa declaración que no sirve para nada, excepto para convencer a los suyos. Marketing.

También se reunió ayer la dirección de Esquerra Republicana de Catalunya, para hacer leña del árbol caído, perdón, para plantear su postura sobre lo que está sucediendo. Las declaraciones de su portavoz Ignasi Llorente son intachables: un llamamiento "a la calma y a la responsabilidad", que "se deje de jugar al ‘y tú más’", porque "lanzarse reproches mutuos no hace más que crear desafección y desánimo". ¿Detalle apestoso? Que dé la casualidad que desde hace unos días, ERC ha cambiado el logotipo del partido para las
ruedas de prensa, y ahora se lee: ‘Per la transparència’, con una lupa aumentando las letras. Más marketing.

Y por último, Iniciativa per Catalunya – Izquierda Unida, que la semana pasada debía presentar una propuesta para que sea público el patrimonio y la declaración de la renta de los diputados. A última hora, descartó someterla a votación, y simplemente se debatió. ¿Resultado? Todos los partidos dicen que sí, que es necesario, que se reformará lo que haga falta para mejorar la transparencia. ¿Y qué hubiera pasado de haberla sometido a votación? Que no habría salido adelante y que todos los partidos la habrían tachado de oportunista. ¿Y no es más oportunista debatir sin llegar a nada sobre un asunto que preocupa a partidos y ciudadanos?
¿Y el detalle apestoso? Pensar por qué un partido como ICV – IU, que no tiene nada que perder, se deja tomar el pelo y cambiar de idea, cuando erigirse en defensor de una gestión pública transparente (ellos que no gestionan nada, que no tienen tentaciones) puede devolverle muchos de los votos que el PSOE le ha robado los últimos años. Extraño.

Y así transcurrió un día más en el oasis catalán.
j.

lunes, 2 de noviembre de 2009

Año administrativo



Volando. El tiempo pasa volando. Hace ya un año que salió mi nombre publicado en el Diari Oficial de la Generalitat de Catalunya, y bastantes cosas cambiaron.
Después de más de un año de preparación, de leyes con legañas y decretos con bostezos, por fin conseguí mi plaza como funcionario. No fue fácil. Y la gente de mi alrededor lo sufrió. Especialmente Susie.
Al principio fue difícil comenzar en un trabajo en el que no sabía qué debía hacer, qué se esperaba de mí, cómo funcionaban las cosas, sobre todo en comparación con uno que llevaba ejerciendo 4 años, que conocía al dedillo y en el que el nivel de responsabilidad era bastante grande. Y los compañeros fueron otro gran cambio: de estar rodeado de gente joven (algunos de espíritu, porque siempre fui el yogurín) y divertida, entre los que he encontrado a algunos de mis mejores amigos, pasé a un puesto donde las conversaciones siempre versaban sobre Dalsis, bebés y horarios de colegios. Uno es versátil, pero cuesta. También costó acostumbrarse a comer a las 15:30h. como pronto, pero ayuda saber que a las 17h. podrás seguir tirado en el sofá.
Pasado un año me siento más integrado, y he superado el vértigo de los primeros días. Me cuesta acostumbrarme a los ritmos, a la burocracia y a las jerarquías, pero en tiempos como los que corren, saber que tienes un puesto de trabajo (casi) vitalicio es algo que no se puede menospreciar.
Lo mejor es ser objeto de los chistes de Forges. Hasta nosotros le admiramos. Aquí os regalo algunas de las mejores viñetas que he encontrado.
j.




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