Durante los últimos días nos han avasallado con noticias, opiniones y reportajes sobre la caída del muro de Berlín y lo mucho que significó. Evidentemente fue un gran cambio, sobre todo por lo simbólico (Berlín se convirtió en la joya de la corona a la que ninguna potencia quiso renunciar tras la II Guerra Mundial) y lo estrafalario (una gran ciudad europea dividida por un muro). Sin embargo, la mañana del 10 de noviembre de 1989 aún quedaban muchos países sometidos al regimen comunista. Y aunque ahora parezca obvio que el muro sería la primera de una serie de piezas de dominó que irían cayendo sucesivamente, en aquellos momentos no lo era tanto. (Si no, que le pregunten a Ceucescu si se imaginaba que antes de final de año estaría colgado del cuello por aclamación popular.)
Hace 20 años, un equipo de ’30 minuts’ se desplazó a Praga para comprobar cómo se vivía el derrumbe de la Unión Soviética en Checoslovaquia, y tuvieron la suerte de ser testigos de la semana de movilizaciones que cambiaría el país radicalmente. Ahora han vuelto para revisar lo que pasó, qué fue de los protagonistas de aquel reportaje y qué fue del país que se levantó contra el dominio comunista y nombró presidente a Václav Havel, poeta defensor de los derechos humanos y encarcelado años antes. (Un tipo simpático este Havel, que se pasa gran parte del documental bebiendo en público, y reconoce que no era consciente de que esas imágenes pasarían a la posteridad. Ahora, dice, puede volver a hacerlo, porque ya no ostenta cargos públicos.)
Pero volvamos a Praga. Justo hoy, 17 de noviembre, se cumplen 20 años de la brutal represión policial contra una manifestación de estudiantes de teatro y artes escénicas en Praga. Protestaban contra el regimen comunista, y en recuerdo de la Primavera de Praga, aquel espejismo de libertad del año 1968. En aquel momento, el secretario del Partido Comunista Checoslovaco, Alexander Dubcek, abogó por un ‘socialismo de rostro humano’, aligerando las estructuras internas e impulsando medidas democratizadoras. La cosa funcionó, hasta que a los rusos se les calentaron las narices y decidieron invadir el país con sus tanques. El experimento duró 7 meses, y Checoslovaquia volvía al ‘camino correcto’. Pasaron años hasta que Havel, que ya se había movilizado en 1968, lideró la publicación de un manifiesto contra el gobierno llamado ‘Carta 77’. Más tarde consiguieron el apoyo de los estudiantes, y las manifestaciones reclamando cambios al gobierno (la primera, la del día 17) desembocaron en una huelga general. El PCC advirtió que tenía todas las de perder, y desapareció. Havel fue elegido presidente de la República y Dubcek, presidente del Parlamento.
Lo más curioso que explican en el documental es cómo se las tuvieron que ingeniar para formar su equipo de gobierno. En un país que desde 1948 no había tenido un gobierno democráticamente elegido (desde 1948, y no 1945, porque las primera selecciones después de la II Guerra Mundial las ganó el PCC, que consiguió arrogarse el mérito de haber expulsado a los nazis), era complicado conseguir gente suficientemente preparada. Así, los primeros gobiernos los formaron gente cercana a Havel: dramaturgos, guionistas y otras gentes de la farándula. No les fue del todo mal, parece.
Quiso la casualidad que justo ayer, a punto de cumplirse 20 años de la manifestación, viera el documental que ha preparado el equipo de ’30 minuts’ que viajó hace 20 años. Y sospeché que hoy pasaría desapercibida la efeméride. Sirva esto como homenaje.
Hace 20 años, un equipo de ’30 minuts’ se desplazó a Praga para comprobar cómo se vivía el derrumbe de la Unión Soviética en Checoslovaquia, y tuvieron la suerte de ser testigos de la semana de movilizaciones que cambiaría el país radicalmente. Ahora han vuelto para revisar lo que pasó, qué fue de los protagonistas de aquel reportaje y qué fue del país que se levantó contra el dominio comunista y nombró presidente a Václav Havel, poeta defensor de los derechos humanos y encarcelado años antes. (Un tipo simpático este Havel, que se pasa gran parte del documental bebiendo en público, y reconoce que no era consciente de que esas imágenes pasarían a la posteridad. Ahora, dice, puede volver a hacerlo, porque ya no ostenta cargos públicos.)
Pero volvamos a Praga. Justo hoy, 17 de noviembre, se cumplen 20 años de la brutal represión policial contra una manifestación de estudiantes de teatro y artes escénicas en Praga. Protestaban contra el regimen comunista, y en recuerdo de la Primavera de Praga, aquel espejismo de libertad del año 1968. En aquel momento, el secretario del Partido Comunista Checoslovaco, Alexander Dubcek, abogó por un ‘socialismo de rostro humano’, aligerando las estructuras internas e impulsando medidas democratizadoras. La cosa funcionó, hasta que a los rusos se les calentaron las narices y decidieron invadir el país con sus tanques. El experimento duró 7 meses, y Checoslovaquia volvía al ‘camino correcto’. Pasaron años hasta que Havel, que ya se había movilizado en 1968, lideró la publicación de un manifiesto contra el gobierno llamado ‘Carta 77’. Más tarde consiguieron el apoyo de los estudiantes, y las manifestaciones reclamando cambios al gobierno (la primera, la del día 17) desembocaron en una huelga general. El PCC advirtió que tenía todas las de perder, y desapareció. Havel fue elegido presidente de la República y Dubcek, presidente del Parlamento.
Lo más curioso que explican en el documental es cómo se las tuvieron que ingeniar para formar su equipo de gobierno. En un país que desde 1948 no había tenido un gobierno democráticamente elegido (desde 1948, y no 1945, porque las primera selecciones después de la II Guerra Mundial las ganó el PCC, que consiguió arrogarse el mérito de haber expulsado a los nazis), era complicado conseguir gente suficientemente preparada. Así, los primeros gobiernos los formaron gente cercana a Havel: dramaturgos, guionistas y otras gentes de la farándula. No les fue del todo mal, parece.
Quiso la casualidad que justo ayer, a punto de cumplirse 20 años de la manifestación, viera el documental que ha preparado el equipo de ’30 minuts’ que viajó hace 20 años. Y sospeché que hoy pasaría desapercibida la efeméride. Sirva esto como homenaje.
j.
Muy interesante. Siempre hay grandes olvidados en todos los rincones del mundo, y hay países que se convierten en rincones.
ResponderEliminarAnónimo bullangueres, me alegro de que te haya gustado. Seguimos con historias de 'olvidados'.
ResponderEliminarj.