lunes, 21 de febrero de 2011

¡Huy!



"Una ley fundamental del dinero es que el riesgo guarda relación con la recompensa, es decir, que la cantidad de dinero que se puede ganar está determinada por la magnitud del riesgo que se está dispuesto a correr."
¿Pero qué pasa si eliminamos el riesgo y nos aseguramos las ganancias? Hemos descubierto la piedra filosofal de la economía, no? Beneficio asegurado.
Algo así es lo que se consiguió con los 'credit default swaps' (swap de incumplimiento crediticio). Yo dispongo de 100.000 euros ahorrados, y mi amigo Juan me pide que se lo deje. Me asegura unos buenos intereses. Digamos que 100 euros al mes. Yo soy buen amigo, pero no tonto. Empiezo a preguntarme qué pasaría si, finalmente, no pudiera devolvérmelos. Así que tengo una idea brillante. Le ofrezco a mi amigo Luis un negocio para obtener dinero en efectivo: él asume el riesgo de que Juan no pueda pagarme, y a cambio yo le pago cada mes 25 euros. En otras palabras, he contratado un seguro. Juan obtiene su dinero, Luis gana algo cada mes y yo me aseguro de que cobraré.
Este sencillo mecanismo, elevando las cantidades y multiplicando los Luises, es lo que originó, en gran medida, la crisis económica de la que aún intentamos recuperarnos.
Existe, es cierto, un punto clave en esta teoría: es importante conocer a nuestros amigos, saber qué posibilidades hay de que Juan o Luis cumplan con sus compromisos. Hay que evaluar muchos aspectos antes de prestar dinero, y eso es lento y aburrido. Sobre todo si somos un banco. Así que había que inventar una fórmula que nos permitiera saltarnos ese paso.
Es lo que se llamó la titulización: se reunían en un solo paquete todos los préstamos que tenía concedidos un banco, y luego se confiaba en la estadística, asumiendo que, aunque algunos préstamos entraran en defult, otros no lo harían, y así se mantendría el flujo de ingresos.
Como dice John Lanchester, en su divertido libro '¡Huy! Por qué todo el mundo debe a todo el mundo y nadie puede pagar', y del que salen este curioso ejemplo, "es como si la gente usara la invención del cinturón de seguridad como una oportunidad para comenzar a conducir en estado de ebriedad".
Vale la pena leerlo, sin duda. Divertido e inteligente no es una combinación frecuente.
j.

1 comentario:

  1. ¡Huy! ¡qué post más complicado! a mí me sacas de la cosmo y me pierdo... Por cierto, la RAE acepta uy (sin hache)

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