jueves, 3 de junio de 2010

Tres políticos que no pasan por su mejor semana


- Antanas Mockus. Candidato del Partido Verde a la presidencia colombiana, derrotado con más contundencia de la esperada en la primera vuelta de las elecciones. De su perfil publicado el domingo en ‘El País’, me quedo con algunas perlas:

De repente los bogotanos empezaron a encontrarse con mimos que afeaban la conducta incívica de los peatones, o con el propio alcalde disfrazado de Superman, con capa roja incluida

¿Puede un filósofo que va cargado con un lápiz gigante y con girasoles - símbolos de educación para todos y paz– gobernar un país con retos envenenados como el terrorismo, el narcotráfico o un alto nivel de pobreza?

Mi lado ‘maragalliano’ se enamoró de él de inmediato.

- Yukio Hatoyama. Primer ministro japonés desde hace poco más de 8 meses, cuando ganó las elecciones al Partido Liberal Demócrata (PLD), que llevaba gobernando el país desde hace más de medio siglo. Ha dimitido por no retirar la base militar americana de la isla de Okinawa, una promesa electoral. Sí, sí, hay países en los que las promesas electorales son algo más que palabrería...

Pero no sólo es excéntrico por ser un hombre de palabra, sino por 3 aspectos más:

- Su mujer publicó un libro, titulado ‘Cosas muy extrañas que me he encontrado’, en el que relataba que siendo joven su alma viajó en un platillo volante hasta Venus. Ojo a la tipa, eh!! Y no sólo eso: cuena también que en una vida anterior conoció a Tom Cruise, que estaba encarnado en un japonés.

- Él, como buen japonés, es aficionado a la música y el karaoke, y eso le llevó a grabar un single con su hermano. La canción se llama Take heart: vuela, paloma de la paz y, evidentemente, cuando se convirtió en primer ministro pasó a ser una pieza de coleccionista.

- Apareció en un acto oficial con una camisa que parecía un homenaje al cubo de Rubik. ¡¡Y por dentro de los pantalones!! Ha habido cantantes de los 80 más elegantes que él...

- David Cameron. Recién elegido primer ministro británico, cuando tiene que conseguir ganarse ‘la confianza de los mercados’ (como todos los políticos de todo el mundo, por cierto, para que luego digan que no son éstos los que dictan las prioridades políticas...), se ve obligado a aceptar la dimisión de su Secretario del Tesoro, por aceptar un cobro en concepto de alquiler de manera ‘inapropiada’. Ahora no se le ocurre otra cosa que revelar los sueldos de todos los altos cargos que cobran más que él. Está claro que los sueldos son públicos y, por tanto, no revela información secreta, ni nada por el estilo (aunque algunos se han negado), pero no entiendo a qué viene. Dice que “ayudará a recuperar la confianza de la sociedad”, pero yo creo que será más bien todo lo contrario. Irrita saber que un tipo cobra más de 23.000€ mensuales (John Fingleton cobra 333.788€ anuales), más que inspirar confianza en que, por cobrar ese dineral, trabajará mejor. Al menos a mí.

j.

3 comentarios:

  1. grande J. por ponernos al día de lo más freak de la política internacional!

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  2. Lo del primer ministro japonés ya lo sabía, pero explicado así, tiene más gracia (si cabe).
    Una mala semana, la tiene cualquiera, no????

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  3. De nada, Susie. ¿Tienes fecha de reaparición?
    Sardana, tienes razón: una mala semana la tiene cualquiera, y una mala legislatura también, no?
    j.

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