- Hoy se juega el Barça-Inter, por si alguien no lo sabe. A priori, es el tipo de partidos que uno acostumbra a ver con amigos en casa. Organizas un pica-pica, compras unas pizzas, cervezas, tabaco... Así lo hice en la ida. Pero ya cuando acabó el partido, uno de mis amigos dijo que para el partido de vuelta se iría a un monasterio. No era literal. Se refería a que prefiere verlo en casa solo. Dijo que se pone muy nervioso.
Pues bien, otro de los amigos con el que iba a verlo, me dice también que prefiere verlo en casa. Solo. La explicación es la misma. Lo pasa muy mal durante el partido. Supongo que los tiempos están cambiando. ¿Nos estamos volviendo todos como Gaspart, que cuando no sportaba la presión del partido se iba al lavabo del palco?
- Sobre el partido, un comentario: me da un poco de miedo que el Barça salga acelerado, superado por la presión y las expectativas de todo lo que se está montando estos días.
- Y por ponernos un poco serios: ¿en qué narices piensan los griegos, que se han pasado las últimas semanas manifestándose por todo el país contra los planes de austeridad de su gobierno? ¿No se dan cuenta de que el resto de países de la Unión Europea, que tampoco es que andemos muy boyantes, les vamos a prestar dinero para que puedan sobreevivir? Está claro que los primeros interesados en resolver el problema griego son los propios países de la Unión Europea, que el préstamo se devolverá, y con intereses, pero su nivel de deuda es digno de una república bananera... A mí, personalmente, me cabrea verles quejándose, porque además el gobierno contra el que protestan no es el que mintió al dar las cifras oficiales, sino el que escogieron para que lo arreglara.
- Ah, y la última: ¿os imagináis que un Parlamento sometiera a un juicio público a una empresa por vender productos a sus clientes? Pues algo así es lo que está haciendo el Congreso estadounidense con Goldman Sachs. El país de la libertad individual, del mercado por encima de todo, del business is business, apela al Congreso para que ‘abronque’ a una empresa. (No es un juicio, no creo que de aquí saquen ninguna condena.) Me sorprende, la verdad.
No seré yo el que defienda a los especuladores que se han forrado con el dinero que la gente les confiaba, pero no se lo confió el Gobierno, sino la gente. Ellos sabían (o no) a quién le daban el dinero para invertirlo. Si prefieren dárselo a Goldman Sachs, en lugar de invertirlo en bonos del Estado o dejarlo en casita, pues es su responsabilidad. No sé, en algunos aspectos me recuerda al caso de Forum y Afinsa. Y tengo claro que a esos señores que arriesgaron el dinero, no tenemos por qué devolvérselo los demás... Habérselo guardado, señores.
En fin, que gane el mejor.
j.
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